PASTEL DE ZARCILLOS

Debéis coger zarcillos que estén en los árboles y las estacas de vallas no frecuentadas por las ardillas, pues los excrementos de estas bestias, que son muy aficionadas a los zarcillos, les dan un sabor amargo. Hervid los zarcillos atados en racimos y después de unos diez minutos sacadlos del agua y cortadlos en pequeños trozos (también podéis hacer este plato con rosas rojas, o podéis mezclar zarcillos y rosas rojas, siempre que no sean rosas frecuentadas por las ardillas). Ahora añadid queso fresco cortado en pequeños trozos y carne del pecho del cerdo (primero hervida y luego molida). Poned esta mezcla en una cazuela, bien untada corn la grasa de otro cerdo y revestida con una polenta fina. Colocad la cazuela sobre el fuego, y en su superficie habréis hecho innumerables agujeros, y cuando el olor de los zarcillos, o el olor de los zarcillos mezclados con rosas, llene el aire, rociad todo con agua de rosas y servidlo.
Este plato, si se come con demasiada frecuencia, también provoca la locura. En ocasiones ha habido noticias de familias enteras que han muerto por haber comido de él.

Notas de cocina de Leonardo da Vinci
Compilación y edición de Shelag y Jonathan Routh
Madrid,Ediciones Temas de Hoy,1993.
Coleccion Bolsitemas