Secad la col perfectamente y apartad todo lo que se mueva entre sus hojas. Troceadla en pedazos del tamaño de ducados. Ponedla en un puchero con la mitad de su peso en miel, ramitas de mejorana y hojas de laurel, Esto lo ponéis en un puchero al lado de un fuego, lo cubrís con un paño de manera que el humo no lo estorbe y cuando comience a humear lo colocáis sobre el fuego; y dejaréis que la mermelada hierva hasta que su masa original se haya reducido en un tercio (cuidando todo el tiempo de quitarle la espuma y removería con un cucharón de madera). Vertedla en tarros que habréis de cubrir con hojas de ruibarbo. Battista asegura que éste es el acompañamiento ideal para la vaca podrida o el cordero muerto, pues da a estas carnes un sabor totalmente aceptable. A mí me parece un acompañamiento totalmente inútil para dos platos que ya son inútiles de por sí. No los probaré.
Notas
de cocina de Leonardo da Vinci
Compilación
y edición de Shelag y Jonathan Routh
Madrid,Ediciones
Temas de Hoy,1993.
Coleccion
Bolsitemas