La lamprea quiere ser viva; y escaldarla con agua caliente, y así
la harás limpia y blanca; y después tomar pan tostado y tanto
que esté todo negro, y raerle la quemadura, y tomar la lamprea y
abrirla, y coger aquella sangre y guardarla; y quitarle una tripa que tiene,
y por la boca atravesarle un cuchillo de mancra que no le haga ningún
corte, sino que la punze; y quitarle la hiel por medio de la cabeza y dejarle
que cuele bien aquella sangre y lo mismo colar la sangre de los agujeros
que ticne la lamprea, y guardar bien toda la sangre, y con esta su sangre
misma untarla toda; y después tomar sus especias que son pimienta
luenga y galangal, y nueces noscadas, y todo esto sea bien molido y mezclado
con aquella sangre, y después tornar a untar con ella la 1amprea;
y ponle en la boca una nuez noscada y en cada un agujero de los que tiene
meterle un clavo de jirof dentro: y después tomar la lamprea, y
ponerla en una empanada a modo de una rosca y darle un corte por medio
del espinazo porque de otra manera podría reventar la empanada y
puesta en su empanada, bien untada de su misma sangre, con las especias
y todo cubrir la empanada, y cocerla en el horno; y después tomar
el pan tostado con vinagre y vino tinto y su misma sangre que quedó
y mezclarlo todo; y pasarlo muy bien; y esta salsa no quiere ser muy agra,
sino sólo un poquito; y por esto se pone el vino: y desque la empanada
será cocida, tomar esta salsa y echarla dentro en la empanada; y
estas empanadas de lampreas, mejores son para comer frías que no
calientes y si es fría no le eches salsa; y las lampreas no son
buenis para comer hasta el mes de Enero.
Ruperto de Nola. Libro de guisados,
manjares y potajes intitulado Libro de cocina.
Huesca,La Val de Onsera,1997.