Cocer en agua 5 o 6 trozos cuadrados de bacalao salado. Escurrirlos y dejarlos enfriar. Suprimir las espinas. Sazonarlos con pimiento, aceite y zumo de limón; Una hora después, enharinarlos y rebozarlos en huevo batido y nriga de pan. Freirlos con sartén grande, con aceite o manteca, volteándolos, para que tomen el calor por igual. Escurrirlos de nuevo, colocarlos en la fuente y servirlos cubiertos con cebolla cortada y sencillamente rehogada con aceite o manteca, y sazonada con un poco cte vinagre.
Colóquese a la lumbre una cacerola con 250 gramos de tocino gordo y 500 gramos de col blanca expurgada, lavada y cortada en ruedas. Sazónese con sal, pimienta. dos dientes de ajo y un ramito de hinojo. Déjese cócer, a hervores, en el ángulo de la hornilla por espacio de uni hora; mójese con un litro de buen caldo y continúase la cocción dos horas más. Añádanse 300 gramos de arroz lavado y escaldado. A los 25 minutos retírase el ajo y el ramito de hinojo. Trasládase el arroz a la sopera, mójese con 2 litros de caldo hirviendo y sírvase acompañada de un plato de queso de Palma rallado.
Hacer hervir dos litros de caldo y añadir 250 gramos de arroz expurgado. Sumergir 6 tomates en agua hirviendo. Sacarlos enseguida para retirar su piel. Partirlos en mitades, suprimiendo los granos. Picarlos ligeramente y agregarlos a la sopa hasta la debida cocción del arroz, a la lumbre suave. Sazonar con una pulgarada de pimienta y una pizca de moscaza y servirla enseguida.
Cortar en forma de gruesos dados 500 gramos de pecho de ternera. Rehogarlos en la cacerola, con manteca, sin que lleguen a tomar calor. Sazonarlos, y añadir 10 cebollas crudas, 10 zanahorias pequeñas, un ramito compuesto, un diente de ajos sin pelar; unos granos de pimienta y 2 tomates partidos. A los pocos minatos tapar la cacerola y retirarla a un ángulo, o a la boca del horno, para que cueza lentamente una hora y media o dos, sin más condimento. Cocida la carne, suprimanse los ingredientes y sírvase.
Después de cocerlos en agua y quitarles las patas menores, se freirán con manteca de vaca, con setas y patatas cortadas. Luego se mojarán con caldo de pescado, manteniéndolos a fuego lento, y terminada la cocción con dos yemas de huevo desleidas con teche y una cucharada de perejil picado.
Lávanse y escámense unas cuantas ruedas de merluza, quitándoles en crudo las espinas y el pellejo.Aplánense con la hoja de un cuchillo.Rebócense en harina y luego en un batido de huevos. Fríanse con aceite o con manteca. Colóquense en la fuente, y sirvase acompañado de limones partidos.
A falta de atún fresco, se pone por dos días, en varias aguas, una porción de escabechado. Se cuece en dos aguas, la primera sola, y la segunda con cebollas y hojas de col. Déjense enfriar, y enharínese. Sofríase. Póngase en una cazuela, con abundante cebolla frita, especies y vino blanco. Cuézase a la lumbre lenta. Reducido en caldo, sírvase con su propia substancia.
Córtese un trozo de atún fresco en ruedas de 5 ó 6 centímetros de grueso, las que se pondrán, por 3 o 4 horas, en un adobo de aceite, ajos partidos, cebollas cortadas, tomillo, laurel, clavo, sal, pimienta y perejil. Escúrranse después y .enjúguese-con un lienzo fino. Untense con manteca fresca y háganse asar en la parrilla a lumbre suave. Prepárase, aparte, una requemada de manteca, con sal y pimienta, añadiéndole un vaso de vino blanco y unas cuantas escalonias y perejil picado, dejando hervir la mezcla hasta que mengüe la mitad. Dispónganse las tajadas de atún en una fuente y sírvanse rociadas con esta salsa.
Debidamente preparada la pierna y cubierta con una gruesa capa de harina, se envolverá herméticamente en un lienzo muy tupido. Póngase a la lumbre. en una marmita, con agua a cubrir, sal, zanahorias y nabos cortados en ruedas. A las 2 horas de hervir retírase del lienzo, y colóquese la pierna en la fuente, con una guarnición de legumbres, sirviéndola acompañada de una buena salsa de manteca.
Cortarlo en pedazos de regular tamaño y colocarlo en una cazuela sobre un fondo de lonjas de tocino y de jamón, cubriéndolos con una capa de lonjas de tocino, y añadiendo dos zanahorias y tres cebollas cortadas en ruedas, laurel, tomillo y un par de cucharodas de caldo concentrado Dejar que cuece lentamente. por espacio de tres horas, entre dos lumbres. Escúrranse y sírvanse acompañados de espinacas y acederas.
Limpiarla en agua hirviendo, despellejarla y suprimir cabeza y cola. Partirla en trozos. Escaldarlos. Escurrirlos.—Ponerlos en una cacerola con manteca amasada con harina. Rehogados que estén, mojarlos con agua y vino blanco. Añadir sal, un ramito compuesto y setas. Espumar y desengrasar la salsa. Dejarla reducir y reposar. Espesarla con yemas de huevo, servir el guiso, rociado con zumo de limón.
Ocupar el fondo de la cacerola con algunas lonjitas de jamón, manteca, sal, pimienta y el zumo de un limón, y encima colocar los perdigones, vueltas las patas y asados. Hacer que tomen calor a fuego manso añadiendo caldo, vino, tomillo, laurel, clavo y un ramito. Media hora basta para su cocción. Se sirven desatados y cubiertos con su propia. salsa, reducida.
Picar muy menudamente las pechugas de los perdigones crudos Picar igualmente, 150 gramos de tuétano de vaca crudo, así como 150 gramos de tocino escaldado. Mezclar todo ello íntimamente. Sazonar con sal y moscada. Incorporar 2 frutas crudas y picadas Amalgamar con una o dos yemas de huevo.— Formar con dicha masa las albondiguillas; freirlas, escurrirlas. Y presentarlas, formando cúpula, sobre una servilleta doblada.
Carne y garbanzos. La carne puede ser de vaca, buey o carnero; y la menos grasa la mejor. En cuanto el agua esté caliente se echan los garbanzos y la carne bien lavada. Par cada 400 gramos de carne se ponen 200 de garbanzos. Se espume el primer hervor y se sazona; hay quien añade dos hebras de azafrán, y otros colorean el caldo con pimentón. Se echa luego un poco de chorizo, morcilla u otro embutido, y la gallina quien la ponga. No está demás un hueso de jamón, además el tocino correspondiente. Todo esto se deja hervir a fuego lento, añadiendo agua caliente cuando vaya mermando. Una hora antes de escaldar la sopa se ponen las patatas enteras y mondadas, la col, y demás verduras que sean a gusto de cada cual, pero esta es mala práctica, pues las legumbres roban toda la substancia al caldo y así muchos cuecen aparte las verduras con el chorizo y un buen frozo de chorizo añejo.
Para prepararle se derriten en una marmita algunos trozos de tocino, se agrega un pie de ternera cortado, o en su defecto un buen trozo de corteza de tocino a medio salar, un ramillete de hierbas, clavo, cebollas, zanahorias, cebollina, laurel, pimienta y sal. Sobre este condimento se coloca la pieza que haya de estofarse mechada o no, y que puede ser una molla de buey, un filete de solomillo, pierna de carnero, lomo de ternera, de cerdo, gansos, pavo, capones, etc. Sobre la pieza que se haya de estofar se echa un vaso de vino blanco, dos de caldo y dos de agua. Después de tapada herméticamente la cacerola, se mantiene cociendo durante cuatro o cinco horas, y cuando haya de servirse el estofado frío, la salsa ha de estar cuajada y se habrá de colar y desengrasar.
Se cuecen en agua y sal, se cortan a rodajas. Se ponen en una cacerola con manteca, sal, pimienta, perejil, y cebollas picadas, y un poco de harina; se les echa caldo de carne o de legumbres y un buen vaso de vino blanco, sirvléndolas con poca salsa.
Se sofríen los tomates unidos con algunas cebollas y aliñados de sal y pimientaen 125 gramos de manteca de cerdo o de vaca es decir cuando se trata de ocho tomates gordos y dos cebollas regulares, pues la manteca será más o menos según la cantidad de salsa que se desea. Cuando la mezcla está bien sofrita se echan un par de cucharadas "consommé" y se deja hervir a fuego lento. Luego de cocida se pasa la salsa por tamiz estrujándola con la espátula de boj, haciéndola espesar a fuego moderado, si resulta clara y aclarándola con caldo si resulta espesa.
Después de haber quitado la cabeza, las aletas y una tercera parte de la cola de dos lenguados bastante grandes, se despelleja la parte obscura y retírase el lado blanco que conserva la piel. En el sitio donde estuvo la cabeza se hace una hendidura con el cuchillo a fin de separar la carne de la espina central. Pónganse los lenguados a remojar en leche durante media hora; déjense escurrir, se pasan por harina y se fríen hasta que toman buen color. Sáquense de la fritura y por la incisión que hicimos junto a la cabeza, sepárese cuidadosamente la, espina dorsal. En lugar de ella intrqdúzcanse por el lado que ha conservado la piel, manteca fresca de vaca, amasada con harina y hierbas finas muy picaditas y rociada con zumo de limón. Hágase este relleno lo más deprisa posible y colóquense los lenguados en una fuente, dejando arriba la parte blanca del pescado, antes que la manteca haya tenido tiempo de derrrtirse. Pueden servirse con salsa de tomate.
La merluza,ya sea entera, y en un trozo sólo, se cuece en agua fría y a fuego bastante vivo, siendo suficiente para su cocción en el primer hervor. Entretanto se va trabajando la salsa, que consiste en un picado de cebolla, ajo, perejil, estragón, especies de toda clase y vinagre. A esto se agregan seis yemas de huevos duros que se machacan con lo anterior, y todo ello reunido, se coloca sobre la merluza. También las claras de los huevos duros se cortan en pedazos menuditos y se extienden sobre el pescado. Finalmente, se fríe una buena cantidad de aceite, y cuando está bien caliente se echa sobre el conjunto.
Para seis personas, pueden ponerse a cocer en agua ligeramente salada, seiscientos gramos de macarrones. Cocidos ya, se sacan de la vasija en que han hecho la cocción, y después de escurridos se van colocando en una tartera o una fuente que pueda resistir la acción del fuego, por el orden siguiente: Una capa de macarrones y otra de queso parmesano, tociando cada una de estas capas con bastante caldo de vaca o de carnero, y mejor con caldo de estofado, añadiéndoles finalmente 100 gramos de manteca fresca de vaca derretida y tibia. Hecho esto se pone la tartera al fuego o bien se pone en el horno para que el queso se derrita, y cuando empiezan a dorarse los macarrones se pueden servir.
La
Nueva Cocinera
Libro
de Cocina
Reus,
Almacenes La Fleca, (Ap.1890)