Dulces conventuales del Norte de Portugal (Alfredo Saramago)
Es tradicional el especial encanto de los conventos,
principalmente los de monjas, para elaborar dulces y golosinas en cuya
preparación el tiempo, la paciencia y
la dedicación adquieren carácter bíblico, para deleite
de sus ocupantes y visitantes.
Siguiendo el ejemplo del Génesis cuando
Abraham dice a Sara su mujer que coja harina y prepare pasteles para los
tres
ángeles que les visitan vemos que los
frailes y las monjas, los conventos, monasterios, cenobios y las sacristías
han resultado a
lo largo de la historia ser grandes productores
y consumidores de mil y una golosinas, así como excelentes anfitriones
de
encopetados y poderosos visitantes, de cuya generosidad,donaciones
y favores precisaban para la propia supervivencia.
Para la concepción de este postre, que
hemos incorporado a nuestra carta, hemos partido de tres recetas de conventos
de monjas del Norte de Portugal,utilizando la descripción que de
estas elaboraciones hace Alfredo Saramago.
Del Monasterio de Semide, fundado hacia 1154
por el obispo D.João Anaia en Miranda do Corvo,y perteneciente a
monjas
cistercienses, hemos seleccionado la Nabada o
dulce de nabos.
Del fundado en 1505 por el Juiz de Fora Dr.Antonio
Correia y su mujer, el Monasterio de Santa Ana de Viana do Castelo, un
cenobio de monjas franciscanas, que después
pasaron a la disciplina benedictina,hemos elegido el Sarrabulho Doce, postre
elaborado a partir de sangre, vino, nueces, etc.
Por ultimo, del Monasterio de Nossa Senhora dos
Anjos de Chaves, de obediencia concepcionista y fundado en 1685,
seleccionamos las Azeitonas Doces, utilizando
como base la oliva negra de Aragón.
Esperamos que su glotonería y curiosidad
queden satisfechos disfrutando con la degustación en nuestra casa
de estas
maravillosas golosinas, creaciones que si bien
tuvieron un origen bien tradicional y dieron gran fama a los conventos
que las
dieron a luz, hoy son perfectamente desconocidas
incluso en sus nortlusitanas tierras de procedencia.