PERDICES Y PERDIGONES
Son muchas las variedades de perdices.
La perdiz de California, la perdiz moruna, la perdiz fresana, la perdiz común o roja y la perdiz pardilla, son las más conocidas e importantes.
De todas ellas, las dos últimas, son las clases que más comunmente emplea la cocina española.
La perdiz común o roja es más airosa, y tiene unas manchas negras en el collar.
La perdiz pardilla, es muy parecida a la otra, pero fácil de distinguir, porque carece de las estrías o lágrimas negras que tiene ésta detrás del collarete de la garganta. Vive de preferencia en las sierras, y en España se encuentran en los Pirineos y otras montañas altas, siendo su carne tan delicada como la de sus congéneres.
Pero de todas las variedades, la que tiene la carne más suculenta es la perdiz moruna, que se encuentra. aunque escasa, en las sierras meridionales del litoral Mediterráneo de la Península: abunda mucho en toda la costa del Rif y Marruecos. Es algo mayor que la perdiz común o roja, de la cual se distingue por ser blancas las manchas del collar en vez de negras. Vive de preferencia en las montañas. En Francia la han introducido llevando los huevos de la Argelia y haciéndolos incubar a las gallinas. y en 1878 se propagaron tanto en las faisaneras de Saint Germain, en Laye. que desde entonces, por lo menos la cuarta parte de las que se matan en las grandes cacerías. son de esta especie. Aquí en España se han reproducido, y es de desear que nuestros cazadores propietarios de montes, la propaguen también y se multipliquen por su propio interés, cosa facilísima y poco dispendiosa; como lo demuestra el hecho de que en Portbou, un francés cantinero de la estación, antiguo demandadero en Barcelona. tiene un vivero de perdices, en la cañada del arroyo del pueblo, que llama la atención de los viandantes por su instalación sencilla y provechosa.

Cuando la perdiz no ha cumplido el año, no tiene aún todo su desarrollo, y es polIo de perdiz o perdigón. Pero posee condiciones gastronómicas especiales, lo que hace que el perdigón sea más fino y selecto manjar.

Los condimentos de la perdiz son infinitos, y no hay maestrillo que no tenga su librillo, ni país o comarca en donde no haya reglas y rutinas propias, para el condimento de las perdices y de sus pollos. que es por donde empezaré a formular.

Angel Muro
El Practicón
Tratado completo de cocina al alcance de todos y aprovechamiento de sobras.
Madrid,1893