Dulce de tomate
"El dulce de tomate lo hacía mi madre sin ciruelas. Pero no faltan aquí autoridades que recomiendan el empleo de esa fruta, mezclada en proporción de una libra por tres de tomate. Mi madre, como digo a usted, lo hacía sin mezcla. Recuerdo muy bien la operación, pues en ella le ayudé miles de veces; recomiendo que se fijen principalmente en la elección de los tomates, siempre de mediano tamaño, rechazando todos los que tengan daño o picadura por pequeña que ésta sea, pues éstos, aun los de apariencia bonita, la pegan. Es condición precisa cogerlos cuando empiezan a pintar. Se les extrae la semilla por un corte redondo hecho en el pezón, de modo que resultan huecos y enteros, conservando la pulpa menos blanda. Ponía mi madre libra de azucar por libra de tomate, teniéndolos veinticuatro horas en almíbar. Luego los hervía tres veces a un punto no extremado, pues desmerece si se deshacen y reblandecen demasiado. Tenía las horzas al aire, sin cubrirlas, otras veinticuatro horas. Con esto concluye mi ciencia, pues no sé más".
Del libro La cocina en Galdós y otras noticias literario-gastronómicas aparece esta receta de Benito Pérez Galdós que salió en "La Estafeta Romántica".

Dulce de tomate (otro)

Cortar los tomates -verdes- en trozos pequeños (también se puede hacer raspándolos con el rayador, usando la estría más grande). Conservar todo el jugo que sueltan. Añadir una naranja "biológica" (sin tratamiento) por kilo: si no gusta el amargor de la naranja, usar únicamente el zumo ; si gusta rasparla y echar todo, zumo y raspaduras. Pesar el conjunto y añadir ese mismo peso de azúcar. Mezclar todo y dejarlo reposar durante una noche : ojo: suelta jugo, así que utilizad un cacharro -que no sea de aluminio- suficientemente grande. Hacer hervir la mezcla suavemente hasta que el jugo se haya reducido en una tercera parte o, incluso, hasta la mitad si se prefiere que la confitura sea más compacta y azucarada. Dejar que se enfríe. Al día siguiente : pasar por agua hirviendo los botes de cristal -y sus correspondientes tapaderas metálicas- donde vayamos a guardar la confitura. Poner nuevamente la confitura a hervir. Verter, con ayuda de un cazo, la confitura en los botes de cristal. Dejar escapar el vapor durante algunos segundos. Cerrar seguidamente los botes y ponerlos boca abajo. Dejar que se enfríen en esta posición. Luego ponerlos boca arriba.
Veronique Gaildrat
Por la transcripción y traducción: Guillermo